Donde Mueren Mis Palabras

Abrí los ojos y recordé que era sábado. Miré la hora. Ya había amanecido. Después de dar algunas vueltas en la cama decidí levantarme con cuidado. Abrí la puerta y ahí me esperaba él... Me miraba fijo. Sus pupilas parecían atravesar mis pensamientos. Me miraba inmóvil, esperando mi reacción para hacer algo. Uno, dos, tres segundos y su respiración comenzaba a agitarse. Ninguno de los dos se movió del lugar. Yo estaba parada, con la puerta entreabierta con un pie en la habitación donde estaba mi marido durmiendo y con el otro pie fuera.  Él estaba sentado en el piso y yo sabía que se moría por acercarse a mí. Cerré la puerta de la habitación sin mirarlo. No quería que despierte a mi marido con su ritual amoroso.  Ya en el living supe que no había vuelta atrás. El momento esperado estaba por llegar. Mis dedos acariciaron su pelo y su cuerpo comenzó a temblar. Se acostó en el sillón completamente entregado. Quería que siga. Cerraba y abría los ojos. Extasiado de mis caricia

Escribir es la mejor forma de conocerse, expresarse, liberarse. Es la mejor forma que encontré de poder decir lo que siento sin herir sentimientos ajenos. Es un rincón de conversación con uno mismo, donde las palabras se sienten y no se piensan. Donde mueren mis palabras. Ahí. Ni en el aire, ni en el recuerdo. Ahí, donde se puede seguir leyendo, donde perdura, donde se hace eterno. En un papel, en un archivo, en un blog. Dondequiera que pueda escribir. Allá voy, con mi corazón a cuestas, con la frente en alto, con mi pecho abierto. Cada letra conforma una palabra y estás son perfectamente ordenadas para transmitir mis deseos, mis penas, mis temores. Aquello que susurro, que pienso, que vomito porque ya no aguanto más, porque se me rebalsa el alma, porque se me quiebra la voz si lo digo y alguien me escucha. Mi silencio no se escucha pero te grito. Grito que haya más libertad, igualdad, alegría. Que la culpa no atormente a los felices, que la felicidad es envidiada por quienes no pued

No es dejar de lado a los demás. Es tomar impulso y avanzar. Soñar, animarse, progresar. Es ver más allá de nuestros ojos. Es descubrir que no hay límites. Tiene que ver con dejarse llevar, con sentir que lo mejor no es lo que está por venir, que lo mejor está acá, con vos. Con vos y tus sueños. Es comprender que no hay metas inalcanzables, que se sube de a un escalón a la vez, pero a la cima se llega seguro. No es un ataque de optimismo. Es descubrirse a uno con lo bueno y lo malo y concluir con que lo bueno supera siempre ampliamente a lo malo.  Libertad no es egoísmo. Estamos solos y acompañados, pero nadie va a entender con qué fuerza deseamos alcanzar nuestras metas. ¿Metas? Sí, metas. Mientras más, mejor. Y abrí bien los ojos porque en el camino siempre se puede ver más. Eso que pensaste que nunca te ibas a animar hacer y hoy hacés. Eso que nunca valoraron y hoy es tu mayor orgullo. Eso que te hicieron creer que no podías hacer y hoy es tu vocación. Libertad no es egoísmo. Po

Clases Particulares

Pasaron algunos segundos desde que dije la consigna. La cara se le fue transformando y pude contar al menos tres muecas. Al principio, claramente su cara esbozó felicidad, calma, relajación, paz. Sus ojos empezaron a mirar el techo y luego, a cada detalle de la habitación. Apareció el desconcierto, podía ver el vacío en su mirada. El lápiz se cayó al piso y dudó en levantarlo. Lo hizo. Silencio. Suspiro. Se inquietó. Miró la hoja, después a mí y de nuevo la hoja. Daría cualquier cosa por meterme en su cabeza; vale aclarar que esa fue mi intención desde un principio. Tercer mueca: indefinida. Tenía el ceño fruncido y los ojos vidriosos. Abrió la boca y mirando al piso susurró: "NO PUEDO". ¿Alguna vez le dijiste a un chico "hacé lo que quieras" cuando no lo estabas retando o intentabas darle una lección? Pensalo.

(*) ¿Qué es Córdoba? Esa es una pregunta amplia para muchos, pero para mí hay una sola respuesta: “Córdoba es la provincia más linda de todas”. La diversidad de actividades para los turistas es prácticamente infinita. Familias, parejas, adolescentes; todos tienen la posibilidad de pasar un verano, un otoño, una primavera y hasta un invierno inolvidable. De norte a sur, de este a oeste es mi lugar en el mundo. Puedo asegurar que cuando un turista visita Córdoba en verano busca disfrutar de una bella caminata y refrescarse y hasta bañarse en los arroyos y en los ríos, entre otras cosas. La Cumbrecita es la combinación de muchas cosas hermosas, perfectamente ordenadas. Es un destino soñado. Yo tengo parte de mi corazón ahí. Hace una semana estuve de vacaciones con mi marido y contemplamos como el agua de la Cascada Grande se escurría entre las rocas, formando en algunas zonas hidromasajes naturales. Tomamos unos mates, mojamos los pies y pasamos un hermoso momento en la natural

Saber elegir correctamente las letras y ordenarlas es nuestro objetivo.  La combinación perfecta de las palabras pueden ser tu libro favorito.  Y tu libro favorito puede ser el que te animes a escribir, sólo hay que saber enfrentar esos baches, esas malditas nebulosas donde la falta de inspiración nos quiere pelear hasta el cansancio... Y no lo logra :)

"Del dicho al hecho hay un largo trecho", puede ser, quizás, depende. Es relativo. Cuando hay ganas el camino parece acortarse ya que se disfruta. Estoy feliz y orgullosa. Desde el año pasado estoy conociendo gente que se anima a hacer lo que ama, que defiende sus sueños y descarta las rutinas aburridas e impuestas por la sociedad. Y entre todas esas personas corajudas que me tocó conocer, me conocí a mí. Si me estas leyendo y te pasó lo mismo, entonces y sólo entonces, sabes de lo que hablo. Sabes lo que es levantarte todas las mañanas con un nudo en la garganta, sin ganas de ir a trabajar nueve horas a un lugar donde no querés ir y tener que manipular durante esas horas una falsa sonrisa. Y después salir con una contractura que te atraviesa la espalda, los hombros, la nuca y termina con un dolor de cabeza hasta que un día te levantas y te das cuenta de que tenés una fuerte adicción al ibuprofeno y los miorelajantes. Fatal. Y con el poco tiempo que te queda libre, esas

Algo que sabemos y olvidamos... Muy bueno!

Me gusta lo viejo. Me gusta porque tiene historia, porque trasciende en el tiempo.  Cuando el subte en el que estaba viajando llegó a la Estación Primera Junta, había familias con chicos esperando ver el subte.  Automáticamente empezaron a aplaudir.  Viví la sensación indescriptible de ser consciente de que estaba presenciando un futuro recuerdo. 

En mi opinión sí existen límites en la publicación de las imágenes ya que están en contacto directo con algunas cuestiones morales de cada individuo. Estos motivos que ponen en jaque nuestros valores y pensamientos, varían de una persona a otra dependiendo de distintos factores como la edad, clase social, educación, lugar de nacimiento, sexo, etc. Cada ser humano puede presentar cambios en su propia moral con el paso del tiempo. Hay cosas que en algún momento no nos molestaban o incomodaban y ahora sí. Por ejemplo: a una mujer que fue recientemente madre le impactará terriblemente ver una foto de un niño o niña agonizando, como lo es la fotografía "El cuento de Omayra". Primero, existirá la impresión. Esos ojos negros, saber que algunos minutos después falleció es impactante. Después aparecerá el planteo de por qué el fotógrafo no la ayudó a salir. Otra imagen de similar padecimiento es "La niña y el buitre". Se puede decir que se está retratan