Cómo brillaba tu alma

Hoy hubiese sido un viernes a la noche de amigas, como tantos otros. Pude haber hecho planes, pero, caprichosa yo, hoy quería tomarme unas cervezas con vos. Solamente con vos. Todos los días te pienso en algún momento. "Un día más que no estás".
Y es que estabas tan hermosa, tan feliz, con todo lo que lograste en pocos meses. Tuve la fortuna de conocerte y vos tuviste la enorme generosidad de abrirme las puertas de tu vida, de tu familia. Cómo brillaba tu alma. Tan pura, tan incondicional, tan sencilla y extraordinaria a la vez, tan amable. Amable de amor. Eras todo amor. Cierro los ojos y escucho tu voz pronunciar el nombre de mi hija con una dulzura única y sincera.
Quiero pensar que algún día voy a sentirme mejor, pero más pasa el tiempo y más vacía me siento. Más extraño tus consejos y tu compañía amiga. Se que te fuiste de este mundo sabiendo, entre muchas otras cosas, que te quiero pero nunca pude decirte que eras mi referente. Eras mi gran compañera de trinchera en este mundo desconocido de la maternidad, eras mi guía, mi consejera, mi confidente, cómplice de citas de juegos.
Ely estés donde estés, te deseo toda la paz que este mundo no supo darte. Por siempre mi amiga que está en el cielo azul. Y todas las noches las estrellas se alumbran con la luz de tu alma infinita.

Te abrazo cada vez que se abrazan nuestras hijas.
Pía

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